Cuando se dejan oír en lontananza los ecos de campanas que doblan, en pleno uso de mi condición mental, mejor aún en uso de la razón manifiesto:
- Que soy católico, apostólico y romano, hijo y criatura de Dios.
- Que soy un viejo policía a mucho honor.
- Que no poseo propiedad alguna, bienes que hube y que doné a los más necesitados; solo me quedan la sombra tutelar de mi Policía Nacional, el amor de Sara Lilia(Q.E.P.D.) y la luz del cielo que Dios me da.
- Que renuncio a los honores fúnebres, discursos, flores, publicaciones etc, con ocasión de mi sepelio; basta una sagrada eucaristía por el eterno descanso de mi alma trashumante.
- Que la velación de mi féretro al igual que mi inhumación obedezca a lo dispuesto según el acuerdo suscrito con la firma Capillas de la Fe.
- Que mi cuerpo sea revestido con el overol de piloto.
- Que me encuentro a paz y salvo con Dios y mis semejantes.
- Que mi nombre se borre hasta siempre. (cualquier homenaje que se pretenda lo acojo, pero en vida terrenal).
- Que no se me incinere, que se me entierre en tierra bruta como a mis antepasados o cualquier mortal.
- Hago énfasis en que una vez fallecido no se me ofrezcan fastos de condición alguna.
- Gratitud para quienes me favorecieran en una u otra forma, en especial a mis padres, maestros y comandantes, que me enseñaron lo que no sabía.
- Hoy reverente impetro al Señor que se haga en mí su santa voluntad y no la mía.
Gracias por su fina atención a esta sentida confesión
Brigadier General (H)
Humberto Aparicio Navia
Santiago de Cali 20 de Enero de 2025