LA CONVIVENCIA CIUDADANA EN EL MUNDO DIGITAL

Por: My (RP) Héctor Castro Corredor
Administrador Policial.
Especialista en seguridad, investigación criminal y alta gerencia.
Consultor SVSP, Miembro colegiado COLPAP.

La Ley 1801 de 2016, el Código Nacional de Seguridad y Convivencia
Ciudadana, define la convivencia como “la interacción pacífica,
respetuosa y armónica entre las personas, con los bienes, y con el
ambiente, en el marco del ordenamiento jurídico”. En el mundo digital,
este principio se traduce en una interacción empática y responsable,
soportada en valores como el respeto, la tolerancia y la solidaridad. La
construcción de un entorno digital sano demanda proteger los derechos
y la dignidad de los cibernavegantes, promover el uso ético de la
tecnología y facilitar la resolución pacífica de conflictos en línea y atender
la observancia de algunos deberes.


El uso masivo de redes sociales y plataformas digitales ha redefinido la
manera en que las personas interactúan, trabajan, comunican, y
participan en la sociedad. Según el informe We Are Social y Hootsuite
(2024), el 77% de los colombianos tiene acceso a internet y el 71% utiliza
redes sociales diariamente, consolidando el espacio digital como un eje
fundamental de la ciudadanía.


Así como la ciudadanía establece un vínculo jurídico y político entre
individuos y el Estado, la ciudadanía digital regula las interacciones de los
actores en el ciberespacio; más allá del acceso tecnológico, implica un
conjunto de competencias esenciales que permiten a los ciudadanos
informarse, evaluar, crear y compartir contenido de manera segura, crítica
y considerada, fortaleciendo su participación en los ámbitos personal,
profesional y social. En Colombia, la ciudadanía digital se regula a través
de leyes, una política pública y otras normativas que buscan garantizar
derechos digitales, acceso equitativo a la tecnología y protección de
datos.
Nuestros valores y actitudes deben trascender los entornos digitales,
promoviendo la empatía y el respeto hacia los derechos humanos propios
y de terceros. Evitar agresiones, proteger la privacidad y fomentar el
diálogo constructivo son principios esenciales para una convivencia digital
armónica. Al interactuar en línea, es vital reconocer que formamos parte
de una sociedad interconectada, donde cada acción contribuye a la
cultura digital compartida.


Los derechos digitales son una extensión de los derechos humanos en el
entorno virtual. Aunque cada país define sus normas legales, en Internet su
aplicación es compleja debido a la falta de fronteras y regulaciones
universales. Para garantizar la ciudadanía digital, es imprescindible recurrir
a convenciones internacionales sobre derechos humanos y digitales,
asegurando principios como la privacidad, libertad de expresión y acceso
equitativo a la información. Sin embargo, el entorno digital también
presenta riesgos y desafíos emergentes, como el discurso de odio, la
desinformación, el ciberacoso y la pérdida de privacidad. Ejemplos
recientes, como los ataques coordinados a líderes sociales y la viralización
de información falsa en las elecciones regionales de 2023, evidencian la
urgencia de establecer una ética de la convivencia digital.

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