Fuente: CT (RP) Bernardo Molina Otalora Administrador Policial TP 0205

El Sahel y África Occidental se han convertido en un punto débil de la seguridad internacional. La falta de autoridades efectivas y legitimadas, la pobreza generalizada, las nulas oportunidades de prosperar económicamente, el papel de escenario menor a nivel internacional (no por ello sin influencia de varias potencias externas), la porosidad de las fronteras, la situación estratégica como nexo de unión entre el Magreb, el África Subsahariana, América del Sur y Oriente Próximo, así como unas estructuras sociales transfronterizas donde tiene más valor los lazos étnicos o tribales más que la identidad nacional, han hecho de esta área del mundo un lugar idóneo para el aumento de los tráficos ilícitos, principalmente de drogas, donde los yihadistas y el crimen organizado son los grandes beneficiados.

Los grupos yihadistas, principalmente las filiales locales de Al Qaeda y Daesh (JNIM en caso de Al Qaeda e ISWAP y EIGS en caso de Daesh), han conformado una red de actividades económicas paralela a los estados bastante lucrativa que explicaría su capacidad de expansión, captación y aceptación por parte de unas sociedades que quizás no acepten de manera unánime sus postulados religiosos más extremistas pero que ven en los grupos insurgentes una alternativa económica, un poder político efectivo y una opción de supervivencia en un área extremadamente pobre y hostil donde convergen la violencia insurgente, la interétnica y los abusos de las fuerzas estatales.

Además, los grupos yihadistas llevan décadas estableciendo alianzas con tribus locales e integrados progresivamente en sus estructuras sociales, con lo que han logrado expandir sus redes clientelares, controlar rutas comerciales y no ser considerados un elemento políticamente externo.

Además, los grupos yihadistas han instrumentalizado intereses étnicos como propios ganando legitimidad entre determinadas tribus que se sienten agravadas por las autoridades estatales, lo cual ha intensificado los conflictos de carácter étnico y reforzado una base social.

Un ejemplo de ello puede ser su alineamiento con tribus y clanes tuareg y fulanis (dos etnias distribuidas por varios estados del Sahel de carácter transfronterizas, de tradiciones nómadas y sin Estado propio).

A continuación, analizare las fuentes de ingresos de los yihadistas.

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