My (RP) Héctor Castro Corredor

Administrador Policial.

Especialista en seguridad, investigación criminal y alta gerencia.

Consultor SVSP, Miembro colegiado COLPAP

Así como se vivió una situación extrema y no avizorada con el implando COVID 21 que devino en atender situaciones que no se habían previsto, estamos ad portas de vivir un evento catastrófico de similares o peores características. El complejo entramado de cables de fibra óptica submarinos que transfieren datos entre continentes ha sido objeto de amenaza por parte de Rusia que identifica este sistema de comunicación como un objetivo militar legítimo que puede afectar los países occidentales.

Y es que, en definitiva, estos cables son realmente susceptibles de acciones hostiles por su alto nivel de vulnerabilidad. Se trata de más de 1.000 millones de metros de cable submarino que diferentes empresas llevan instalando desde 1866 (inicialmente para comunicación por telégrafo) para transportar datos entre continentes. Aunque tendemos a creer que nuestra comunicación se realiza principalmente a través de satélites, la implementación de la fibra óptica ha ganado terreno debido a la reducción de costos. Si la malla submarina fuera atacada o dañada gravemente, se perdería un acceso significativo a los servicios de internet, que consideramos fundamentales para nuestras economías, como las llamadas, las transacciones financieras y el streaming.

No obstante, las amenazas a esta infraestructura crítica provienen de unos pocos países clave, el problema se ha intensificado con las crecientes amenazas rusas, como las proferidas este año por Dmitry Medvédev, vicepresidente del Consejo de Seguridad de Rusia, contra el sistema de cableado; sin embargo, las amenazas a esta infraestructura crítica provienen de unos pocos países clave, el problema se ha intensificado con las crecientes amenazas, como las proferidas este año por Dmitry Medvédev, vicepresidente del Consejo de Seguridad de Rusia, contra el sistema de cableado.

Comandantes, analistas y estrategas militares, como el jefe de inteligencia de la OTAN, David Cattler, han advertido sobre el peligro cada vez más real de un ataque ruso a esta infraestructura en represalia por el apoyo de Occidente a Ucrania en la llamada “operación militar especial” lanzada por Rusia en febrero de 2022 contra su vecino. De esta amenaza real existen precedentes de ataques a cables submarinos como el incidente en 2023 cuando un cable de telecomunicaciones que atraviesa el mar Báltico fue saboteado, atribuido a una “fuerza externa o manipulación”, según Carl-Oskar Bohlin, ministro de Defensa Civil de Suecia.

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