CÓMO PREVENIR EL DELITO? ESTRATEGIAS EFECTIVAS DE CONVIVENCIA Y SEGURIDAD CIUDADANA

La convivencia pacífica y la seguridad ciudadana son un requisito esencial para el desarrollo. Por lo tanto, cuando un crimen ocurre, se generan costos sociales y económicos para el país que lo alejan de la senda del desarrollo sostenible.

Entre los costos sociales se incluye la pérdida de vidas por homicidios, la disminución de la calidad de vida de las personas por ser víctimas de un hecho, al igual que la pérdida de capital humano y de ingresos por encarcelamiento de una parte de la población.

Además, los hogares y las empresas reducen la inversión en actividades productivas al gastar parte de sus ingresos para protegerse del crimen, y los gobiernos cambian la asignación de los recursos públicos para disminuir la prevalencia de hechos delictivos (Inter-American Development Bank, 2017; UNODC, 2010).

Los países de América Latina y el Caribe incurren en un gasto promedio de 3,5 % del producto interno bruto (PIB) en estrategias contra el crimen; costos que se deben principalmente a la alta tasa de homicidios de la región, la cual cuenta con el mayor número de registros en el mundo.

Durante 2017, cerca de 120.000 personas fallecieron a causa de la violencia en este territorio. En particular, de El Salvador, Venezuela, Brasil, Honduras, y Colombia son los países con las tasas de homicidios más alta de América Latina (UNODC, 2019).

Para Colombia los costos son inferiores al promedio de la región, tal es el caso del año 2014, cuando el costo anual asociado al crimen representó el 3,12 % del PIB nacional (Inter-American Development Bank,
2017).

En ese contexto, destaca que el país ha avanzado en la disminución de los costos asociados al crimen. En especial, ha logrado reducir su tasa de homicidios significativamente en las últimas décadas, así: a comienzos de los años 1990 el país presentaba una tasa de 80 por cada 100.000 habitantes, mientras que para 2019 se registró una tasa de 24 homicidios.

Los logros pueden relacionarse con múltiples acontecimientos: la puesta en marcha de políticas de Estado contra la criminalidad y la delincuencia; la desarticulación de grupos al margen de la ley; un cambio de comportamiento por parte de los grupos ilegales, entre otros. Si bien los resultados
son positivos, de acuerdo con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, Colombia para
2030 debe disminuir la tasa de homicidios a 16,4 por cada 100.000 habitantes, razón
por la cual el país enfrenta un reto significativo en los próximos años.

FUENTE: JUAN DAVID GELVEZ FERREIRA

LA SEGURIDAD PÚBLICA, ENTRE LA CAMPAÑA Y LA POLÍTICA PÚBLICA

FUENTE: Teniente Coronel Alvaro E. Gómez D

A finales de 2015 y en plena campaña para la alcaldía de Barranquilla, el entonces candidato Alejandro Char, anunció que, si la Policía no era “capaz” de controlar la inseguridad en las calles, se vería en la obligación de sacar al ejército a patrullar, anuncio de medidas desesperadas, que además
desnaturalizan la razón de ser de nuestro ejército nacional.

No deja de causar extrañeza que alguien que ya fue alcalde, jefe de policía de la ciudad, no tenga claro el concepto de policía y quizás solo por los afanes propios de la campaña, haya reducido un tema de tal magnitud, como el de la seguridad pública, a expresiones retadoras que pueden sonar bien para la
galería, pero que en nada ayudan a la moral institucional.

Pero lo realmente preocupante es que para febrero de 2016 haya insistido en tales medidas, que finalmente no se materializaron, probablemente gracias a la cordura conceptual de quienes hicieron parte del proceso de decisión, en todos los niveles.

Y preocupa aún más que una ciudad que desde 2008 ha tenido continuidad en las políticas de gobierno, con indudables avances de infraestructura y en lo social, esté resintiendo tanto sus debilidades en materia de seguridad, quizás precisamente porque ésta ha sido la pata coja de la mesa, quizás por falta de
comprensión a los retos del escenario del postconflicto armado interno, o quizás porque sencillamente nunca ha existido una verdadera política pública y sostenida de seguridad.

Es tal la dimensión del problema, que la gente está expresando su descontento al calificar la gestión del alcalde en seguridad con un 76% entre mala y muy mala, según la encuesta Polimétrica de febrero, o al creer en un 60% y al alza, que las cosas están empeorando en su ciudad, según la encuesta Gallup de
marzo, pero además con expresiones del mejor humor caribe, como con la canción “La atracadera”, una adaptación ciudadana del éxito carnavalero “La Guacherna”, para expresar el temor y el descontento con lo que está pasando.

Ahora bien, esto no pretende ser una crítica personal al alcalde de Barranquilla, esta es una reflexión técnica y profesional para todos nuestros alcaldes, o sea nuestros jefes de policía o quienes pretendan serlo en el futuro, sobre la importancia que deben concederle a los planes de seguridad en el largo plazo, a conocer de la mano de los comandantes de la Policía, sobre lo que se está haciendo, cuáles son las necesidades y retos, y cómo deberían incorporarse estos dentro de sus planes, las políticas de gobierno de las calles, la POLITEIA, el derecho de Policía, ahora de nuevo tan en boga gracias al nuevo código nacional de policía y convivencia.

Garantizar una inversión pública municipal/distrital, que no se limite exclusivamente a la dotación y mantenimiento de flotas de vehículos, o a la inversión en sistemas de vídeo vigilancia, sino que además y de la mano del gobierno nacional, incentive el incremento de un pie de fuerza adecuado para el servicio de la ciudad, son medidas mucho más coherentes, pero que también aliente los tanques de pensamiento sobre los problemas locales para la innovación del servicio de policía, serían muy valiosos aportes.

Tal vez ahora que no estamos en campañas políticas, sea el mejor momento para proponer que todos los aspirantes a alcaldías, reciban siempre de la Policía Nacional, un reporte estratégico de seguridad local, que los ilustre de la manera más profesional y los ayude, sin importar quien sea finalmente el escogido por los ciudadanos, a articular sus propuestas y planes de gobierno dentro de una lógica de construcción de la mejor política pública de seguridad ciudadana.

REFLEXIONES SOBRE CIENCIA DE POLICÍA POR EL SR. GR. MIGUEL ANTONIO GÓMEZ PADILLA

NOTA: Por falla técnica en la producción al terminar la intervención de mi General en audio, se complementa su enlace asi:: “conocedor de la naturaleza humana y de la vida en sociedad para responder con eficacia al mandato constitucional del Artículo 218 de nuestra carta política”. !AVANCEMOS EN POLICIA!