CRIMEN ORGANIZADO TRANSNACIONAL: CÓMO ABORDAR LA GLOBALIZACIÓN DE LA ECONOMÍA ILEGAL EN LATINOAMÉRICA

Por: HENRY M. RODRÍGUEZ

Doctor en Políticas Públicas por la Universidad IEXE (México). Investigador en la Organización de Estados Iberoamericanos OEI. Asesor organizacional de corporaciones policiales de México y consultor en seguridad pública y privada.

A pesar de que ha sido una preocupación mundial persistente, la falta de consenso entre los Estados ha obstaculizado los esfuerzos para abordarla efectivamente. La coordinación internacional ha enfrentado desafíos significativos por la dificultad para establecer posturas compartidas entre los países sobre este tema complejo. Solo en el 2000 se logró un acuerdo sustancial mediante la Convención de las Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada Transnacional, también conocida como Convención de Palermo. Este acuerdo proporcionó un marco importante para guiar a los países en el abordaje del crimen organizado dentro de sus propias jurisdicciones.

A su vez, mediante compromisos multilaterales, se ha intentado facilitar acciones destinadas a monitorear, prevenir, detectar, perseguir y sancionar el crimen organizado nacional, utilizando estándares internacionales como referencia y fomentando respuestas adaptadas a las realidades nacionales. No obstante, el consenso entre los Estados no ha sido tan contundente como para abordar esta problemática desde una perspectiva amplia y coordinada que trascienda las fronteras nacionales y aborde sus múltiples dimensiones.

Ante la proliferación de las actividades delictivas, la falta de voluntad política y la limitada coordinación transnacional para abordar esta problemática contribuyen a la complejidad del crimen organizado. Según el Índice de Percepción de la Corrupción, las Américas tienen una puntuación media de 43 sobre 100 en la falta de medidas contundentes para combatir la corrupción y el fortalecimiento de las instituciones.

A menudo, los países, especialmente los latinoamericanos, enfrentan dificultades para cooperar en la investigación y el enjuiciamiento de delitos transfronterizos debido a diferencias en los marcos legales, la falta de recursos, los problemas de comunicación, la corrupción e, incluso, las diferencias políticas entre los gobiernos de turno. Esta falta de coordinación ha permitido que las organizaciones criminales operen con impunidad y aprovechen las lagunas en los sistemas de justicia penal para continuar sus actividades ilícitas.

En consecuencia, el crimen organizado ha evolucionado significativamente en las últimas décadas, adaptándose a los cambios en el entorno socioeconómico y tecnológico para expandir sus operaciones y aumentar su influencia. Según el Informe Mundial sobre Drogas 2021 de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, el comercio ilícito de drogas representa un mercado global de miles de millones de dólares, que alimenta la corrupción, violencia e inseguridad. Es un hecho que la exportación de fenómenos delictivos como la trata de personas, el tráfico de armas, el ciberdelito o el fleteo desafía permanentemente los enfoques tradicionales de aplicación de la ley.

La globalización de la economía criminal

El crimen organizado contemporáneo se destaca por su transnacionalidad y su capacidad para aprovecharse de la globalización económica. Las organizaciones criminales han desarrollado redes internacionales para moverse fácilmente a través de las fronteras y aprovechar las diferencias entre los sistemas legales y financieros de diferentes países. La economía criminal es un gran negocio, representa hasta el 1,5 % del producto interno bruto mundial, con ingresos anuales que superan los 870.000 millones de dólares.

Al mismo tiempo, los países latinoamericanos han reconocido la gravedad del crimen organizado en diversas declaraciones regionales multilaterales, como la Declaración de Seguridad de las Américas en 2003. En regiones mexicanas y colombianas, la ausencia estatal ha permitido que grupos del crimen organizado asuman el control sobre la población y el territorio. Además, recientemente, la delincuencia organizada transnacional ha sobresalido como un problema de seguridad internacional, lo que subraya su magnitud e impacto en la región.

¿Qué hacer para abordar este fenómeno?

Diferentes analistas coinciden en que es necesario fortalecer los mecanismos internacionales de cooperación y promover una mayor armonización de las leyes y los procedimientos legales regionales. Si bien la Convención de las Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada Transnacional y otras iniciativas internacionales proporcionan un marco jurídico para combatir el crimen organizado global, su efectividad depende en gran medida de la voluntad política y la cooperación comprometida de los Estados.

Por su parte, la seguridad ciudadana sigue preocupando a la población, especialmente en regiones donde la presencia y la influencia del crimen organizado son más pronunciadas. El Informe Global sobre Seguridad Ciudadana de la ONU indica que la violencia y la delincuencia representan una amenaza significativa para el bienestar y seguridad de los ciudadanos en muchas partes del mundo, donde causan más muertos que los conflictos armados, y es una problemática cuya complejidad radica en la necesidad de abordar no solo las manifestaciones visibles de la criminalidad sino también las causas profundas que la alimentan.

Estos desafíos ameritan promover una acción coordinada y multidimensional que involucre a todos los sectores, desde el Gobierno hasta la sociedad civil. Esto implica no solo fortalecer las capacidades de las fuerzas del orden y mejorar la aplicación de la ley, sino también abordar las causas subyacentes al crimen, como la desigualdad económica, la exclusión social y la falta de oportunidades para los jóvenes. También se debe fomentar la participación ciudadana y el empoderamiento de las comunidades locales para prevenir y combatir el crimen, así como promover una cultura de legalidad y respeto por el estado de derecho. Pero no aisladamente, sino dándole la trascendencia regional que la problemática amerita.

Necesidad de mecanismos de índole regional

En un contexto marcado por la transnacionalidad del crimen organizado, resulta imperativo fortalecer los mecanismos de cooperación regional para abordar efectivamente esta amenaza. Aunque existen iniciativas regionales en América Latina —como la Organización de los Estados Americanos y la Unión de Naciones Suramericanas—, al igual que organizaciones internacionales de policía criminal con presencia en la región —como Interpol y Ameripol—, la falta de voluntad política y los intereses divergentes de los países miembros a menudo obstaculizan la implementación de estrategias comunes de seguridad. A su vez, la cooperación entre las agencias de aplicación de la ley de diferentes países sigue siendo limitada, dadas las diferencias en los marcos legales y las políticas de cada nación.

Finalmente, para superar estos desafíos es necesario impulsar una mayor integración y coordinación regional en la lucha contra el crimen organizado, fortaleciendo los mecanismos de intercambio de información, capacitación conjunta y cooperación operativa entre los países. Tales acciones podrían incluir la integración de mecanismos regionales que les permitan a los cuerpos policiales tener la capacidad para investigar y enjuiciar delitos transnacionales, así como la armonización de los procedimientos legales y leyes en seguridad. Además de un asunto inconcluso pero determinante: promover una cultura de confianza y colaboración entre los países de la región, reconociendo que la seguridad es un bien público que debe protegerse y promoverse en beneficio de todos los ciudadanos.

Fuente: Latinoamérica 21

EL SER HUMANO, NUESTRO CIUDADANO, PERECE POR IGNORANCIA

Por: GR. (RP) Hipólito Herrera Carreño
Expresidente Colegio Profesional de Administradores Policiales

Cada vez que hay eventos de inseguridad o de crisis sociales, generalmente las autoridades administrativas o de Policía, los medios de información, los gremios económicos y la comunidad siempre apuntan a recargarle la responsabilidad a la Policía sin corresponderle estrictamente y pretenden que esta sea la que debe “apagar los incendios” y responder por la solución al problema presente y de ahí sale la policía y se hace cargo o se responsabiliza con acciones inmediatistas y no de fondo como debe ser porque siempre se apaga el fuego con determinaciones del lado que no corresponde integralmente.

Me excuso recordar la frase de que: “NO ES LA POLICIA (ESTRICTAMENTE) LA LLAMADA A REFORMARSE Y REESTRUCTURARSE, SINO LA SOCIEDAD Y LAS AUTORIDADES ADMINISTRATIVAS ODE POLICIA QUE LA GOBIERNAN Y ADMINISTRAN” por cuanto es en el seno de la sociedad donde se gestan todos los comportamientos contrarios a la Convivencia y la Seguridad y por Ley son las Autoridades de Policía las responsables del Orden Público y las llamadas a responder y a atender con decisión y determinación estas problemáticas.

Uno de los problemas de nuestro país, es que los FUNCIONARIOS tan pronto son electos nombran sus equipos de gobierno, y tanto el mandatario, como sus funcionarios, unos y otros, carecen de conocimiento, capacidad y experiencia para ejercer esos cargos, primero de manera ética, de transparencia y de resultado administrativo, por cuanto los cargos se ocupan con personas solo para cubrir cuotas burocráticas y para pagar favores políticos de campaña y como desconocen a la sociedad, sus problemas y necesidades (dentro de los cuales la INSEGURIDAD ES LA PRIMERA PRIORIDAD) no les llama la atención resolverlos, siendo ello la causa porque siempre andamos tal cual y los delitos cada vez crecen exponencialmente sin ningún control ( cada año estos crecen y se incrementan en por lo menos un 20 a 30% en general).

Recuerdo que el Sistema Integrado de Gestión para la Convivencia y la Seguridad (SIGEC) del COLPAP, estableció precisamente que una de las fallas estructurales de las administraciones consiste en que las autoridades y sus funcionarios actúan totalmente desarticulados (cada uno en cargos de responsabilidad) hacen lo que pueden o les parece de manera individual sin general al final GESTIÓN PARA RESULTADOS y como es lógico los recursos se invierten generalmente a dedo y sin ninguna objetividad ni resultado positivo.

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LOS PRIMEROS 100 DÍAS

CR. RP. JORGE ELIAS SALAZAR PEDEROS

Administrador Policial T.P. 2193

Por estos días se vienen dando a conocer informes a manera de balances de la gestión que han realizado los alcaldes y gobernadores en diferentes ciudades, al cumplir cien días de haber asumido el mandato entregado por los ciudadanos.

Cuando los mandatarios asumieron sus cargos en el mes de enero del presente año, el ambiente estaba impregnado de la percepción de inseguridad, preocupación, temor y cierto reclamo por parte de los ciudadanos. Este sentir también se evidenció en las encuestas de opinión donde se observó que la principal preocupación de los ciudadanos era la inseguridad.

Ahora, cien días después, se observa como la línea de acción de los mandatarios frente a los problemas de la inseguridad continúa centrada en el accionar de la Fuerza Pública y muy particularmente en la Policía Nacional y lo que más resaltan es el número de capturas que han logrado en este periodo, las incautaciones de armas de fuego, la desarticulación de algunas bandas delincuenciales y la captura de algunos integrantes de bandas criminales.

Estos resultados dentro del contexto de la política de “paz total” que por sus pocos avances se suma con un mensaje de incertidumbre y de desconcierto entre los ciudadanos que observan como los actores criminales y delincuenciales pareciera que dominan ese escenario de diálogo y a la vez continúan paralelamente con todas sus actividades ilegales dejando la sensación de no tener voluntad de paz, más bien de aprovechamiento del proceso para fortalecer sus propósitos y actividades.

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GENERALIDADES DE LA PROPUESTA DE REFORMA DE LOS ESTATUTOS DEL COLEGIO PROFESIONAL DE ADMINISTRADORES POLICIALES

LA IMPORTANCIA DEL ADMINISTRADOR POLICIAL EN LA PREVENCIÓN DEL MEDICAMENTO ADULTERADO Y FALSÍFICADO

CT (RP) Mg. Fabio José Garzón Fisco

Magister en Seguridad Publica-Administrador Policial

Escritor del libro: “El mercado del medicamento ilegítimo en Colombia”

Jefe de Seguridad Industria Farmacéutica

Página web: Elmedicamentoilegitimo.com

Email: fabiogarzon1960@gmail.com

El mercado del medicamento ilegítimo y los delitos que se desprenden de este ha sido una preocupación constante para las autoridades y las industrias farmacéuticas en el mundo entero y en especial en los países en vía de desarrollo incluyendo a Colombia, donde nuestra Constitución Política Nacional en su artículo 49 estipula “El derecho a la salud es el derecho humano a gozar sin distinción alguna, del más alto nivel de salud que permita a cada persona vivir dignamente”.

Es importante precisar que el problema actual de los medicamentos ilegítimos comenzó a tomar fuerza a partir de los años 90 con la apertura económica dada por el gobierno del entonces presidente  Cesar Gaviria, la cual impulso  la dinámica de la exportación y globalización del mercado de una gran cantidad de productos; momento que fue aprovechado por las organizaciones criminales en acrecentar el delito del contrabando y la falsificación; traspasando fronteras, permeando continentes y contaminando el mundo entero.

Esto dio paso para que el gobierno nacional y las autoridades encendieran las alarmas, porque el actuar delincuencial veía el momento preciso y una gran oportunidad de aumentar sus ganancias al incrementar el delito.

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