POR: CT (RP)
Bernardo Molina Otalora
Administrador Policial
TP 0205

Investigadores estadounidenses y colombianos relacionaron al vicepresidente de Surinam, Ronnie Brunswijk, y al expresidente, Desi Bouterse, con recientes actividades de narcotráfico, según correos electrónicos filtrados que sugieren la existencia de vínculos políticos de alto nivel con el crimen organizado en este país.

Las denuncias contenidas en los correos electrónicos se suman a los persistentes rumores sobre el papel de Brunswijk y Bouterse en el tráfico de cocaína a través de Surinam, por el cual ambos han sido condenados en el pasado. Al parecer ambos hombres actúan como intermediarios, utilizando sus conexiones en el gobierno de Surinam para facilitar el trasiego de cocaína a cambio de sobornos.

Otra información contenida en los archivos pone de relieve por qué Surinam atrae a los traficantes. El país está convenientemente situado cerca de las principales zonas de producción de drogas, tiene fronteras frágiles y dispone de la infraestructura necesaria para enviar cocaína a los principales mercados de Europa, África Occidental y Estados Unidos.

Tanto la guerrilla colombiana del Ejército de Liberación Nacional (ELN) como grupos disidentes de las desmovilizadas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) enviaron cocaína a través de Surinam en los últimos años, según otros correos electrónicos.

Los presuntos vínculos de Brunswijk con el narcotráfico salieron a la luz en un correo electrónico con fecha del 25 de agosto de 2020, poco más de un mes después de que el exrebelde y actual barón del oro asumiera el cargo de vicepresidente.

En el correo electrónico, un agente especial de la Administración para el Control de Drogas de Estados Unidos DEA escribía a un investigador de la fiscalía general de Colombia sobre una reciente y fallida operación de incautación de drogas en Surinam.

Según el agente de la DEA, la «unidad surinamesa» -la unidad local de la DEA sospechaba que Brunswijk estaba en contacto con dos «tipos malos»: Jayant«Alex» Roman y Gilbert Samuels, un piloto propietario de una empresa de aviación llamada Vortex.

“La unidad sospechan que el vicepresidente tiene contacto con los malos … porque no la operación resultó en ninguna incautación ni arrestados (sic)”, escribió el agente de la DEA en un español plagado de errores de ortografía y gramática.

La operación tuvo lugar el 21 de agosto de 2020, cuando Samuels regresaba de un vuelo a la inmensa selva de Surinam y salió del aeropuerto de Zorg en Hoop, en la capital, Paramaribo, conduciendo una camioneta.

Dos agentes del Cuerpo de Policía de Surinam (Korps Politie Suriname, KPS) tendieron una emboscada a Samuels y supuestamente encontraron y robaron 400 kilogramos de cocaína. Sin embargo, la devolvieron rápidamente tras enterarse de que parte de la droga pertenecía a un delincuente con importantes conexiones, informó entonces el periódico local de Ware Tijd.

Brian Blue, quien sobornó a Brunswijk para calmar la situación, después de lo cual la cocaína fue devuelta a Jayant Roman. Blue y Roman poseían cada uno una parte del cargamento interceptado.

El correo electrónico de la DEA también menciona a Blue como narcotraficante relacionado con Samuels. Blue es uno de los narcotraficantes más prolíficos de Surinam.

En 2018, un tribunal brasileño lo condenó en ausencia a 21 años de prisión por tráfico de 500 kilogramos de cocaína, y emitió una orden de arresto en su contra. Sin embargo, en Surinam, las fuerzas de seguridad no parecían considerarlo una gran prioridad.

Samuels había realizado vuelos con droga desde una aldea llamada Amatopo hasta el aeropuerto Zorg en Hoop de Paramaribo desde al menos el primer trimestre de 2020, según el correo electrónico del agente de la DEA.

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